Un ecosistema por demás interesante en el Estado de Baja California son los encinales. Se les llama así por que la especie vegetal dominante son arboles de encino (Quercus sp) aunque pueden encontrarse otras especies de arboles, arbustos y muchas otras plantas y animales con requerimiento de humedad elevados como helechos y musgos. Dichos ecosistemas se encuentra asociados a arroyos donde la disponibilidad de agua es elevada. Estas comunidades pueden encontrarse desde la zona costera hasta aproximadamente 1000 metros de altitud.
Éstas asociaciones vegetales se consideran de enorme importancia etnocultural y biológica. La primera de ellas se deriva del hecho de saber que los antiguos pobladores de Baja California (indígenas de las etnias Kiliwa, Paipai, Kumiai, entre otras) tenían una fuerte relación con ellas. Mientras tanto su importancia biológica estriba en que al haber disponibilidad de abundante agua permite el mantenimiento de muchas especies de flora, fauna, hongos, entre otros que no se hallan en ningún otro ecosistema presente en Baja California.
No todos los márgenes de arroyos presentes en Baja California llegan a constituir encinales. La condición para presentarse es que exista suficiente aporte de agua.
Importancia etnocultural.
Se sabe bien por registro históricos y evidencia antropológica que los encinales representaron para lo indígenas de Baja California un sitio de descanso y sombra en la época cálidad así como una fuente de agua y alimento. Los encinos, por ejemplo el encino agrio (Quercus agrifolia) produce un fruto conocido como bellota que se asa y muele para producir una bebida parecida al café o bien simplemente se muele y se enjuaga para producir una masa con la que se hace una especie de gelatina conocida como atole de bellota. Los registros sobre el uso culinario que le daban los indígenas a las bellotas de encino son numerosos. Se sabe que grupos de personas pasaban largo tiempo en los encinales descansando, haciendo herramientas, moliendo semillas entre otras actividades. Es frecuente encontrar en encinales antiguos morteros (grandes rocas con superficies amoldadas para la molienda) que no pudieron formarse más que por la fricción contra otra roca para moler.
Importancia biológica.
El Estado de Baja California se considera una de las regiones más secas de la República Mexicana. Mientras que Estados como Tabasco recibe una media anual de 2000 mm de precipitación en regiones como el desierto de Mexicali se registran valores de 25 mm. Como se menciono en la parte introductoria de éste blog las características desérticas de Baja California son producto de variables orográficas y oceanográficas. Los encinales constituyen de las pocas regiones del Estado con agua. El agua permite el crecimiento de plantas y a su vez éstas la de animales. De esta forma se constituyen en regiones muy productivas desde el punto de vista biológico con la presencia de flora y fauna endémica. Por ejemplificar su relevancia los encinales junto con las regiones serranas constituyen nuestro principal acervo de micoflora (hongos). En el resto de los ecosistemas baja californianos los hongos son poco abundantes.
LA FLORA.
Al entrar a un encinal además de los encinos (principalmente de la especie Quercus agrifolia) otra especie arbórea que resulta conspicua son los alisos (Platanus recemosa) y los sauces (Salix sp) y en raras ocasiones saucos (Sambucus nigra). Otras plantas espermatofitas (que producen semillas) de crecimiento distinto al arbóreo que podemos encontrar son la hiedra (Toxicodendron diversilobum), madreselva (Lonicera subspicata), junco (Juncus sp), entre otras. En cuanto a plantas que no producen semillas tenemos a los helechos y a los musgos. Los helechos que podemos encontrar en un encinal son de belleza excepcional. Ejemplo de ellos son los del género Adiantum y Pellaea así como diferentes especies de musgos y otras grupos vegetales afines. En la imagen de abajo puede apreciarse un acaro terciopelo rojo del género Dinothrombium rondando en la cercanía de unas briofitas. Éste tipo de artropodo suele aparecer con frecuencia en los encinales debido a la abundancia de agua. Es un controlador poblacional de hormigas y termitas.
Aunque estrictamente hablando no son plantas los encinales albergan una gama extensa de líquenes que se les observa decorando rocas como en las imagenes de abajo.
Los alisos (Platanus racemosa).
Los alisos constituye uno de los arboles más significativos de nuestros zonas riparias. Se trata de plantas que pueden llegar a medir 25 metros o más. Sus hojas se parecen a los maples sin embargo pertenecen a familias taxonómicas distintas (alisos pertenecen a la familia Platanaceae mientras que los maples a la Aceraceae). Los alisos junto con los alamos (Populus sp) presentan una característica evolutiva muy particular. Llegado el invierno suelen presentar un periodo de dormancia que los hace perder la mayoría de su follaje así como detener completamente su crecimiento (ver imagen abajo) mientras que permanecen activos todo el verano.
Esto representa una conducta contraria a la que muestran la gran mayoría de especies pertenecientes al matorral costero y el chaparral. La dormancia en verano por parte de las plantas pertenecientes a estas dos últimas comunidades se justifica por la presencia del clima mediterráneo en el franja Oeste del Estado de Baja California. Ésta se caracteriza por inviernos lluviosos y veranos seco y cálidos. Por tal motivo parece congruente que las plantas permanezcan activas durante el invierno dado la disponibilidad de agua y pasen el verano dormante. La conducta activa de los alisos durante el verano solo es posible en sitios donde la disponibilidad de agua no constituye un problema por ejemplo las zonas riparias. Por tal motivo resulta muy probable que sea lo que limita a ésta especie a zonas con disponibilidad de agua durante todo el año.
Los encinos junto con los alisos pueden tener edades de entre 80 a más de 100 años. En el caso de los encinos son árboles con tronco grueso y cuyo follaje al caer cubre la totalidad del suelo formando una capa rica en materia orgánica ideal para el crecimiento de organismo saprófitos como los hongos.
LA FAUNA.
Éstas asociaciones vegetales se consideran de enorme importancia etnocultural y biológica. La primera de ellas se deriva del hecho de saber que los antiguos pobladores de Baja California (indígenas de las etnias Kiliwa, Paipai, Kumiai, entre otras) tenían una fuerte relación con ellas. Mientras tanto su importancia biológica estriba en que al haber disponibilidad de abundante agua permite el mantenimiento de muchas especies de flora, fauna, hongos, entre otros que no se hallan en ningún otro ecosistema presente en Baja California.
No todos los márgenes de arroyos presentes en Baja California llegan a constituir encinales. La condición para presentarse es que exista suficiente aporte de agua.
Importancia etnocultural.
Se sabe bien por registro históricos y evidencia antropológica que los encinales representaron para lo indígenas de Baja California un sitio de descanso y sombra en la época cálidad así como una fuente de agua y alimento. Los encinos, por ejemplo el encino agrio (Quercus agrifolia) produce un fruto conocido como bellota que se asa y muele para producir una bebida parecida al café o bien simplemente se muele y se enjuaga para producir una masa con la que se hace una especie de gelatina conocida como atole de bellota. Los registros sobre el uso culinario que le daban los indígenas a las bellotas de encino son numerosos. Se sabe que grupos de personas pasaban largo tiempo en los encinales descansando, haciendo herramientas, moliendo semillas entre otras actividades. Es frecuente encontrar en encinales antiguos morteros (grandes rocas con superficies amoldadas para la molienda) que no pudieron formarse más que por la fricción contra otra roca para moler.
Importancia biológica.
El Estado de Baja California se considera una de las regiones más secas de la República Mexicana. Mientras que Estados como Tabasco recibe una media anual de 2000 mm de precipitación en regiones como el desierto de Mexicali se registran valores de 25 mm. Como se menciono en la parte introductoria de éste blog las características desérticas de Baja California son producto de variables orográficas y oceanográficas. Los encinales constituyen de las pocas regiones del Estado con agua. El agua permite el crecimiento de plantas y a su vez éstas la de animales. De esta forma se constituyen en regiones muy productivas desde el punto de vista biológico con la presencia de flora y fauna endémica. Por ejemplificar su relevancia los encinales junto con las regiones serranas constituyen nuestro principal acervo de micoflora (hongos). En el resto de los ecosistemas baja californianos los hongos son poco abundantes.
Hongo del género Boletus |
Hongo del género Helvella |
Setas creciendo sobre madera de encino. |
Hongos encontrados en un encinal cerca de la ciudad de Ensenada, Baja California. |
LA FLORA.
Al entrar a un encinal además de los encinos (principalmente de la especie Quercus agrifolia) otra especie arbórea que resulta conspicua son los alisos (Platanus recemosa) y los sauces (Salix sp) y en raras ocasiones saucos (Sambucus nigra). Otras plantas espermatofitas (que producen semillas) de crecimiento distinto al arbóreo que podemos encontrar son la hiedra (Toxicodendron diversilobum), madreselva (Lonicera subspicata), junco (Juncus sp), entre otras. En cuanto a plantas que no producen semillas tenemos a los helechos y a los musgos. Los helechos que podemos encontrar en un encinal son de belleza excepcional. Ejemplo de ellos son los del género Adiantum y Pellaea así como diferentes especies de musgos y otras grupos vegetales afines. En la imagen de abajo puede apreciarse un acaro terciopelo rojo del género Dinothrombium rondando en la cercanía de unas briofitas. Éste tipo de artropodo suele aparecer con frecuencia en los encinales debido a la abundancia de agua. Es un controlador poblacional de hormigas y termitas.
Un ácaro del género Dinothrombium se dirige hacia una cavidad cercana. El color de la imagen no ha sido modificada. |
Un grupo de líquenes de diferentes especies se muestran coexistiendo armónicamente. |
Los alisos (Platanus racemosa).
Los alisos constituye uno de los arboles más significativos de nuestros zonas riparias. Se trata de plantas que pueden llegar a medir 25 metros o más. Sus hojas se parecen a los maples sin embargo pertenecen a familias taxonómicas distintas (alisos pertenecen a la familia Platanaceae mientras que los maples a la Aceraceae). Los alisos junto con los alamos (Populus sp) presentan una característica evolutiva muy particular. Llegado el invierno suelen presentar un periodo de dormancia que los hace perder la mayoría de su follaje así como detener completamente su crecimiento (ver imagen abajo) mientras que permanecen activos todo el verano.
Un grupo de cuervos aterriza sobre las ramas deshojadas de un aliso con dormancia invernal. |
Los encinos junto con los alisos pueden tener edades de entre 80 a más de 100 años. En el caso de los encinos son árboles con tronco grueso y cuyo follaje al caer cubre la totalidad del suelo formando una capa rica en materia orgánica ideal para el crecimiento de organismo saprófitos como los hongos.
Aspecto general de un encinal. Nótese las características rugosas del tronco de los encinos y la presencia de hojarasca y rocas en el suelo. |
Aspecto típico del suelo presente en un encinal. Puede notarse la presencia de dos tipo de hojas. Las hojas grandes corresponden a aliso, las pequeñas a encino. |
La presencia de árboles grandes (y la disponibilidad de agua) en los encinales permite la presencia de abundante fauna como aves y mamíferos. En el caso de aves tenemos la presencia de rapaces dado la elevada abundancia de presas. Ejemplo de ellos son los halcones.
Un halcon del género Buteo sobre las ramas de un aliso. A la izquierda un azulejo observa atento. |
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